REPORTAJE A LA
ESPOSA DE ROBERTO ABEL – DESCUBRI-DOR DEL ABELISAURUS - SECRETARÍA DE CULTURA
R.N.
“VA A LLEVAR TU
NOMBRE”
Roberto Abel era
uno de esos personajes que le gustaba hurguetear los rinconcitos de la
historia. Lector, de esos que se duermen con el libro en el pecho. Un tipito,
que sin haber pasado por la casa de altos estudios, era un investigador de aquellos.
El hombre se
desempeñaba con mucho amor y dedicación, en una actividad que era su hobby, más
que una profesión. Sacó recursos de su peculio. Consiguió aportes y lo que
necesitaba para el museo que tanto ansiaba. Remó contra la corriente en tiempos
en que los gobiernos no destinaban tanto interés a la cultura.
Don Roberto
Abel, salía en su vehículo a recorrer los campos en busca de huellas del
pasado. Con su rastrojero, dado de baja de la provincia y recuperado por él,
supo llegar hasta la Región Sur. La experiencia adquirida y los conocimientos
incorporados de libros leídos, lo ponían frente a exposiciones o charlas
educativas.
A tanto
entusiasmo y entrega, el Primer Encuentro de Paleoartistas de la Patagonia,
puso en exhibición a uno de sus gran descubrimiento. La réplica del
“Abelisaurus” se muestra en el anexo del Museo Provincial Carlos Ameghino de la
ciudad de Cipolletti. El artesano Abel Montes, de Córdoba, fue el encargado de modelarlo de
acuerdo a los restos fósiles encontrados por Don Roberto.
Del evento,
organizado por la Secretaría de Cultura de la Provincia de Río Negro, participó
doña Amalia Sanchez de Abel. La esposa de Don Roberto, fue contemplando la
creación desde lejos. Paso a paso fue acercándose, con la mirada inmersa en
cada detalle. En el lugar, se dio vueltas para quienes la acompañaban. Con un
gesto cómplice, hacia esos sentimientos que llenan el corazón, miró arriba como
queriendo decir algo a los cuatro vientos.
“Me siento muy agradecida, muy emocionada, es
un premio muy merecido, desde donde esté seguro lo está viendo” expresó
doña Amalia, con sus ojos llenos de lágrimas. Luego dijo, “vino del Lago Pellegrini y me conto que tenía un bochon grande de yeso
en la camioneta, pero que no sabía lo que era”. “Lo preparó y lo mandó al Museo de Ciencias Naturales. Cuando, su amigo,
el doctor Bonaparte lo llamo y le dijo que iba a llevar su nombre, lloraba en
el teléfono”, agrego la emocionada señora.
Don Roberto
Abel, de profesión empleado municipal y de oficio paleo-investigador o historiador,
no sólo descubrió al Abelisaurus Comahuensis -un
carnívoro de unos 75 millones de años-. El hombre, también encontró un
fósil de una tortuga, que recorrió Europa hasta que se supo de qué se trataba.
Un pequeño homenaje, a quien dedicó parte de su vida, a descubrir el pasado.
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