Miembros | Ale Sandoval -- Voz – Guitarras - Violin Negro Farias -- Bateria - coros Rodrigo Lara -- Guitarras Martin Musso -- Piano – Teclados - Secuencias Nico Villagra -- Guitarras - coros Lucas Cocio -- Bajo Daniel Marin -- Percusion - Efectos Mariana Pessoa -- Coros Kathy Fuentes -- Voces - coros Cecilia Benitez -- Coros Mariana Benitez -- Coros Fabio Balbarrey -- Saxos Pablo De La Fuente -- Saxo Pablo Fernandez -- Textos, Reseñas y Operación Mario Tondato -- Proyecciones y Realizaciones Malena Montoya -- Danza |
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Ciudad de origen | Neuquen - Cinco Saltos - Fernandez Oro - Cipolletti - Gral Roca - Villa Regina |
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Sello discográfico | http://www.youtube.com/user/RELICSPATAGONIA?feature=mhee |
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Influencias | Finalmente,
estamos frente a Relics. Un proyecto que hoy, puesto en marcha,
pareciera apenas el encuentro de mas de una docena de músicos del Alto
Valle. Tan difícil, tan real, tan lejano. Tan argentino, tan de Neuquen. Así son estos grandes sueños, impulsados por el viento que sopla fuerte: a veces empujan, a veces cansan. Relics asoma con su mano temblorosa apretando la brújula. Ahi estamos entonces, atras de Relics.
Relics se suma a los impresionantes ensambles musicales que, a pesar de
políticas culturales nefastas y del nervo contradictorio que consuela
desde el costumbrismo regionalista: “ son buenos, para lo que hay
acá..:” Un costumbrismo derrotista, que obliga al falso consuelo. Nos encontramos en estas noches, ahuyentando falsos consuelos. Este homenaje, para nosotros, a la banda de rock mas grande del mundo, es un camino de tierra pedregosa.
Pink Floyd concibió, en todas sus etapas, un corpus musical intacto y
estelar, que eleva y envuelve con su espacio a músicos y fanáticos. Relics es un homenaje. Hecho desde el Sur, desde los Valles. Compuesto de canciones, de luces, de colores, de imagenes, de sonidos que preguntan por nosotros, por nuestros nombres. Tan así, que estos tremendos músicos, tan de aca, no toleran no compartirlos con tu vida. Estas canciones queman... Si no las tocan, si no las proyectan, si no atronan y cruzan la noche, estas canciones no se soportan. Esto es una excusa para entender un rato mas, qué quiso contar Pink Floyd.
En la barbarie del posmodernismo, defender el relato: jamas pueden
estar solas estas canciones mezcladas con cualquier otra cancion de otra
banda. Las canciones de Pink Floyd estan siempre JUNTO a canciones de Pink Floyd. Hoy, esta noche, las canciones de Pink Floyd, están con Relics. Pablo Fernandez
Pink Floyd ha traducido de un lenguaje milenario una serie de visiones
que acompañan al genero humano desde el momento en que, junto al
crepitar de una fogata, nos empezamos a reconocer: el Tiempo. Tiempo
para mirar, Tiempo para comprender, Tiempo que se desliza perenne como
arena de antiguas contrucciones entre nuestras débiles manos en el
oleaje cósmico: indetenible. Tiempo que enloquece. Tiempo que habla...Que retumba
Desde el periodo inicial donde está Syd Barrett contando como una niña
llamada Emilia juega en el bosque; o en el magnus opus ya con Roger
Waters avisando de los perros que se ganan la confianza antes de
traicionar; o en la etapa final con el sonido planetario de David
Gilmour, una vez mas intentando respirar en medio de la marea alta llena
de bombas o mentiras. El Tiempo. Devorador de sus hijos,
irascible con lo efímero, generoso en la paciencia, el Tiempo en el
mecanismo Floydiano nos retrata en el conocimiento del abismo en el que
nos asomamos: el eco perfecto e indetenible en la tapa del album Middle o la polución donde vuela el cerdo amenzante de Animals. El Tiempo también es la conexión ideológica en este cuerpo de canciones que alimentan a Relics. El mecanismo esta en marcha: acaso como en la Invención de Morel, ya nada volverá atrás.
Estas canciones, encorsetadas en una tremenda, y para todos nosotros,
inolvidable noche, iran tejiendo su propia madeja en cada uno de los
aquí presentes. Todos, enamorados de la obra de Pink Floyd Navegando, desde la Patagonia, junto a Relics...
Pink Floyd consumó entre “Dark Side of the Moon”, “Wish you where here”
y “Animals” la ingeniería que los depositaría en el templo sonoro
perfecto que se yergue en “The Wall”. Pero ese camino, como toda
genialidad, también arrastró las debilidades de una banda, que se
preguntaba qué equipo de fútbol se podía comprar con toda la plata que
tenia, y que ahora se entumecía en los rencores profesionales y en la
desaparición de lazos afectivos entre sus antes miembros. “The Wall” es una idea tan inmensa, tan grande, tan perfecta que solo la desaparicion de Pink Floyd como banda puede igualarla.
Roger Waters, ese chico de 25 años que planeó canciones como “Money”,
ahora es un joven empresario que detesta su entorno. Y como lo
construye, lo demuele. Lo detesta porque lo ha transformado en un
ser sordo por sus propios gritos. Y lo aterra desde sus recuerdos de
madres sobreprotectoras, maestros crueles y amores traicionados.
Roger Waters demuele su vida, o lo que le dijeron que tenía que ser su
vida. Y el único que esta comprendiendo y complementando esa visión es
David Gilmour...Tanto con su timbre de voz como con su engranaje de seis
cuerdas, es imposible pensar a “The Wall” sin el aporte de Gilmour. Tal vez, éste sea el ultimo disco de esa banda que una vez fuera la joven promesa del underground ingles de los 60s. Por eso, “The Wall” es también la despedida de una decada que fue demolida por el mercantilismo y el negocio del espectáculo. El Tiempo, que devora a sus hijos.
Era posible Pink Floyd sin Roger Waters? Podremos, como El Extranjero
de Albert Camus, librarnos de la pesadilla de lo que no nos atrevimos?
Solo la exquisitez de un musico tan influyente y determinante como
David Gilmour pudo reconocer el valor estético para intentarlo. El
nervio del talento de Gilmour es el del músico que toca en vivo. Por
eso, esta es la época del Pink Floyd de las giras eternas, de los shows
pantagruelicos, de los eventos mundiales, de los discos en vivo Cada
una de las músicas de esta etapa de Pink Floyd se ha librado de un
complejo ingles que molestaba a Roger Waters: somos muy grandes y
exitosos. Las obras “A Momentary Lapse of Reason “ y “The Division
Bell” fueron sostenidas por la potencia de canciones que se terminaban
de concentrar cuando fueran tocadas en vivo. Entonces, todo lo que venga en esta etapa sera muy grande. Y ya estaba probado que seria exitoso.
La madurez de las canciones clásicas, ejecutadas por quien les dio
sonido, ahora se complementaban con las nuevas composiciones en donde,
una vez mas, el Tiempo, como cuerpo de ideas, esta presente. El
ejemplo mas a mano lo podemos encontrar en el arte de tapa de ambos
discos: con las infinitas camas en la representación infinita que
significa una marea y una orilla , hasta los totems que hablan sin
comunicarse, con los ojos exclamando desaparición, estaba claro que la
maquinaria no se habia detenido. Apenas estaba reposando ... Pablo Fernandez |
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