9.07.2012

PINK FLOYD



"RELICS"
PINK FLOYD
CENTRO CULTURAL
20 de setiembre 22 hs
entradas numeradas en  Zagari Hogar


foto relics
Héctor te ha invitado a ver su álbum. Este álbum tiene un archivo.

MiembrosAle Sandoval -- Voz – Guitarras - Violin
Negro Farias -- Bateria - coros
Rodrigo Lara -- Guitarras
Martin Musso -- Piano – Teclados - Secuencias
Nico Villagra -- Guitarras - coros
Lucas Cocio -- Bajo
Daniel Marin -- Percusion - Efectos
Mariana Pessoa -- Coros
Kathy Fuentes -- Voces - coros
Cecilia Benitez -- Coros
Mariana Benitez -- Coros
Fabio Balbarrey -- Saxos
Pablo De La Fuente -- Saxo
Pablo Fernandez -- Textos, Reseñas y Operación
Mario Tondato -- Proyecciones y Realizaciones
Malena Montoya -- Danza

Ciudad de origenNeuquen - Cinco Saltos - Fernandez Oro - Cipolletti - Gral Roca - Villa Regina

Sello discográficohttp://www.youtube.com/user/RELICSPATAGONIA?feature=mhee

InfluenciasFinalmente, estamos frente a Relics. Un proyecto que hoy, puesto en marcha, pareciera apenas el encuentro de mas de una docena de músicos del Alto Valle.
Tan difícil, tan real, tan lejano. Tan argentino, tan de Neuquen.
Así son estos grandes sueños, impulsados por el viento que sopla fuerte: a veces empujan, a veces cansan.
Relics asoma con su mano temblorosa apretando la brújula.
Ahi estamos entonces, atras de Relics.
Relics se suma a los impresionantes ensambles musicales que, a pesar de políticas culturales nefastas y del nervo contradictorio que consuela desde el costumbrismo regionalista: “ son buenos, para lo que hay acá..:” Un costumbrismo derrotista, que obliga al falso consuelo.
Nos encontramos en estas noches, ahuyentando falsos consuelos.
Este homenaje, para nosotros, a la banda de rock mas grande del mundo, es un camino de tierra pedregosa.
Pink Floyd concibió, en todas sus etapas, un corpus musical intacto y estelar, que eleva y envuelve con su espacio a músicos y fanáticos.
Relics es un homenaje. Hecho desde el Sur, desde los Valles.
Compuesto de canciones, de luces, de colores, de imagenes, de sonidos que preguntan por nosotros, por nuestros nombres.
Tan así, que estos tremendos músicos, tan de aca, no toleran no compartirlos con tu vida.
Estas canciones queman...
Si no las tocan, si no las proyectan, si no atronan y cruzan la noche, estas canciones no se soportan.
Esto es una excusa para entender un rato mas, qué quiso contar Pink Floyd.
En la barbarie del posmodernismo, defender el relato: jamas pueden estar solas estas canciones mezcladas con cualquier otra cancion de otra banda.
Las canciones de Pink Floyd estan siempre JUNTO a canciones de Pink Floyd.
Hoy, esta noche, las canciones de Pink Floyd, están con Relics.

Pablo Fernandez

Pink Floyd ha traducido de un lenguaje milenario una serie de visiones que acompañan al genero humano desde el momento en que, junto al crepitar de una fogata, nos empezamos a reconocer: el Tiempo.
Tiempo para mirar, Tiempo para comprender, Tiempo que se desliza perenne como arena de antiguas contrucciones entre nuestras débiles manos en el oleaje cósmico: indetenible.
Tiempo que enloquece. Tiempo que habla...Que retumba
Desde el periodo inicial donde está Syd Barrett contando como una niña llamada Emilia juega en el bosque; o en el magnus opus ya con Roger Waters avisando de los perros que se ganan la confianza antes de traicionar; o en la etapa final con el sonido planetario de David Gilmour, una vez mas intentando respirar en medio de la marea alta llena de bombas o mentiras.
El Tiempo.
Devorador de sus hijos, irascible con lo efímero, generoso en la paciencia, el Tiempo en el mecanismo Floydiano nos retrata en el conocimiento del abismo en el que nos asomamos:
el eco perfecto e indetenible en la tapa del album Middle o la polución donde vuela el cerdo amenzante de Animals.
El Tiempo también es la conexión ideológica en este cuerpo de canciones que alimentan a Relics.
El mecanismo esta en marcha: acaso como en la Invención de Morel, ya nada volverá atrás.
Estas canciones, encorsetadas en una tremenda, y para todos nosotros, inolvidable noche, iran tejiendo su propia madeja en cada uno de los aquí presentes.
Todos, enamorados de la obra de Pink Floyd
Navegando, desde la Patagonia, junto a Relics...

Pink Floyd consumó entre “Dark Side of the Moon”, “Wish you where here” y “Animals” la ingeniería que los depositaría en el templo sonoro perfecto que se yergue en “The Wall”.
Pero ese camino, como toda genialidad, también arrastró las debilidades de una banda, que se preguntaba qué equipo de fútbol se podía comprar con toda la plata que tenia, y que ahora se entumecía en los rencores profesionales y en la desaparición de lazos afectivos entre sus antes miembros.
“The Wall” es una idea tan inmensa, tan grande, tan perfecta que solo la desaparicion de Pink Floyd como banda puede igualarla.
Roger Waters, ese chico de 25 años que planeó canciones como “Money”, ahora es un joven empresario que detesta su entorno. Y como lo construye, lo demuele.
Lo detesta porque lo ha transformado en un ser sordo por sus propios gritos. Y lo aterra desde sus recuerdos de madres sobreprotectoras, maestros crueles y amores traicionados.
Roger Waters demuele su vida, o lo que le dijeron que tenía que ser su vida. Y el único que esta comprendiendo y complementando esa visión es David Gilmour...Tanto con su timbre de voz como con su engranaje de seis cuerdas, es imposible pensar a “The Wall” sin el aporte de Gilmour.
Tal vez, éste sea el ultimo disco de esa banda que una vez fuera la joven promesa del underground ingles de los 60s.
Por eso, “The Wall” es también la despedida de una decada que fue demolida por el mercantilismo y el negocio del espectáculo.
El Tiempo, que devora a sus hijos.

Era posible Pink Floyd sin Roger Waters? Podremos, como El Extranjero de Albert Camus, librarnos de la pesadilla de lo que no nos atrevimos?
Solo la exquisitez de un musico tan influyente y determinante como David Gilmour pudo reconocer el valor estético para intentarlo.
El nervio del talento de Gilmour es el del músico que toca en vivo. Por eso, esta es la época del Pink Floyd de las giras eternas, de los shows pantagruelicos, de los eventos mundiales, de los discos en vivo
Cada una de las músicas de esta etapa de Pink Floyd se ha librado de un complejo ingles que molestaba a Roger Waters: somos muy grandes y exitosos.
Las obras “A Momentary Lapse of Reason “ y “The Division Bell” fueron sostenidas por la potencia de canciones que se terminaban de concentrar cuando fueran tocadas en vivo.
Entonces, todo lo que venga en esta etapa sera muy grande. Y ya estaba probado que seria exitoso.
La madurez de las canciones clásicas, ejecutadas por quien les dio sonido, ahora se complementaban con las nuevas composiciones en donde, una vez mas, el Tiempo, como cuerpo de ideas, esta presente.
El ejemplo mas a mano lo podemos encontrar en el arte de tapa de ambos discos: con las infinitas camas en la representación infinita que significa una marea y una orilla , hasta los totems que hablan sin comunicarse, con los ojos exclamando desaparición, estaba claro que la maquinaria no se habia detenido.
Apenas estaba reposando ...
Pablo Fernandez

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